Es un temblor y es un escalofrío.
Un sudor animal, un hormigueo;
un vértigo infinito en su apogeo.
Un abismo insondable, un gran vacío.
Es náusea, agitación y desvarío;
punzada, duda, descontrol, mareo.
Sombra, daga, siniestro alacraneo.
Sombra, daga, siniestro alacraneo.
Aquelarre infernal, fátum sombrío .
Se introduce en tu alma y la mancilla.
Desarbola tu fuerza, te doblega;
sume tu noche en turbia pesadilla.
Es tu cuello vencido que se entrega
por ser guillotinado a la cuchilla
con la que el cruel verdugo te lo siega.
Desarbola tu fuerza, te doblega;
sume tu noche en turbia pesadilla.
Es tu cuello vencido que se entrega
por ser guillotinado a la cuchilla
con la que el cruel verdugo te lo siega.
Fumata poética. Habemus sonetum. Miguelum, qué valor tienes.
ResponderEliminarComo en todo buen soneto ese último terceto que cercena al lector ay! qué bueno es.
ResponderEliminarMe llevo "siniestro alacraneo", una gran imagen esa.
Saludos van, Miguel
Maravilloso soneto!
ResponderEliminarEso es el miedo (quien lo probó, lo sabe).
Miguel, eres un todoterreno de la poesía. Lo mismo te d ser un ángelgonzález que un lopedevega. Lo llevas tn dentro... que da miedo.
ResponderEliminarUn abrazo,
AG
El miedo en su versión dramática, metafísica.
ResponderEliminarPrimera: el miedo a no ser correspondido, a amar y deshacerse en el intento.
Segunda: miedo existencial, a decidir qué rumbo tomar, a escribir tu biografía antes de vivirla.