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Agenda 2012



Enero. Dejar de poner palabras-bomba en la línea de flotación de la conciencia.
Febrero. Bisestear en el invernadero, musitando palabras de amor (ansiedad, de tenerte en mis brazos)
Marzo. Declararme insolvente cuando vengan a hipotecar nuestro futuro.
Abril. Anotar en mi cartera, un día de lluvia, olmo, la gracia de tu rama verdecida. Mi corazón espera otro milagro de la primavera.
Mayo. Despolinizarme y polinizarte.
Junio. Volver a riografiar las orillas del amor, cuando la luna ilumine el solsticio.
Julio. Procurar que ni una lágrima más caiga en la arena, en aquella playa desierta, cuando el sol dore tu piel (y no estoy hablando de ti, María Isabel).
Agosto. Volver a pasar por el camino verde y crepuscular que va a la ermita, para comprobar si, desde que tú te fuiste, aún siguen llorando de pena las margaritas.
Septiembre. Día 7: Volver a escuchar juntos y solos en la madrugada Dio come ti amo, como si el tiempo no hubiera pasado. Día 26: Volver a crecer, por sexagésima tercera vez, en sabiduría y bondad (y en sus antónimos). Día 29: Volver al Mont Saint Michel para visitar a mi Arcángel (¡Quién cómo Dios!) o, en su defecto, su postal.
Octubre. Planear la revolución de las hojas muertas (digo, rojas) antes de que el viento las convierta en una canción de Serrat.
Noviembre. Escribir a Doña Inés la carta pendiente, cambiándole definitivamente el nombre, antes de llevarla a aquella apartada orilla, para no perder la sana costumbre de lo que mejor sabemos hacer (y que no voy a anotar en esta agenda, por obvio).
Diciembre. Comprobar si la insoportable levedad del ser es pura levitación o simple ingravidez, con el paso del tiempo.

Comentarios

  1. Hammond, y no es el órgano, sale en un verso. En otros, en todos, a su manera, hay poesía. Entonces este es el año de la poesia para Miguel. Hay tramos crípticos, como debe ser. Argumentos no revelados. Está bien que el misterio anide en la poesía. Lo sabían los antiguos. Tú eres un iluminado. Me gusta tu almanaque.

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  2. No dudaba de tu originalidad pero esta vez el trayecto de tu río con los doce afluentes se me antoja más que superlativo.
    Que esas páginas en blanco de la agenda sean escritas con plácidas travesías, vientos favorables y arribajes cálidos.

    Una docena de abrazos.

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  3. Hermosos propósitos, Miguel.

    Los hago míos,... Si te queda una porción.

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  4. Una agenda digna de ser seguida. Despersonalicémosla para que puedan disfrutarla el resto de los mortales. Gracias Miguel.

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  5. Hace años, cuando terminé de pagar la hipoteca de mi casa, aprendí la lección: Nunca pedirle prestado nada a "los banqueros de la vida", ahorro vivencias propias, y algunas las comparto, gratis, y tal vez les robe experiencias a otros, pero pedir prestado, nunca más.
    Con tu permiso tomo nota del 26-9...Abrazo!

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  6. Salvando las diferencias estacionales, tus propósitos son dignos de ser copiados (cambiando algún María Isabel por un nombre masculino, con tu permiso).

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