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Monstruos


No hace demasiado tiempo, pasaba mis días enseñando inglés (al menos eso intentaba) en un centro docente. Mi público eran los críos de tres a doce años de Infantil y Primaria. Cuando llegaba el momento, preparábamos el Reading Day, para que coincidiera con el Día de la Lectura decretado por el Junta de Andalucía (15 de diciembre). Durante muchos años, el reader que más gustó mi alumnado, al margen de edades, era este "Where's my baby?", de Julie Ashworth y John Clark, de Editorial Pearson.


La Sra. Monster ha perdido a su bebé.


¡He perdido a mi bebé! Por, favor, ayúdenme.


-¿Es éste su bebé?
-No, mi bebé no es rojo.


-¿Es éste su bebé?
-No, mi bebé tiene una cabeza.


-¿Es éste su bebé?
No, mi bebé no es verde.


-¿Es éste su bebé?
-No, mi bebé es lindo y limpio.


-¿Es éste su bebé?
No, mi bebé tiene una nariz.


-¿Es éste su bebé?
No, mi bebé tiene diez dedos en los pies.


-¿Es éste su bebé?
No, mi bebé no es peludo.


-¿Es éste su bebé?
No, mi bebé no es terrorífico.


-Hay uno más aquí. Pero tiene un aspecto horrible. Es muy feo, calvo y blanco.


- ¡Arrgh!
- ¡Qué monstruo!
- ¡Voy a vomitar.
-Ese es mi bebé. Se llama Rick.




Siempre me pareció monstruosamente tierno y divertido.

Comentarios

  1. Justamente hago lo que tú hacías, Alberto. Sin alteración remarcable, digamos. Inglés en toda la primaria. Por eso (quizá por eso) he sentido una punzada de amor puro por este cuento maravilloso. Ole tus monstruos. Ole tu post. Un abrazo y lo guardo y lo exhibo (ahora que tenemos pizarras digitales y el cole es 2.0, qué coño será eso de 2.0, todo es más fácil)

    Un fin de día inglés. Un acabado británico, quién me lo iba a decir después de no haber dejado la noble lengua de Milton desde que puse el bendito pie (es mío, lo describo como quiero) en el puto (con perdón, era lunes) suelo.

    Un abrazo, amigo de barra.

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  2. ¡Qué tiernos los monstruos! Y qué tiernos los profes. Ya lo decía Fernando Fernán Gómez en "Belle époque": "Los maestros con el tiempo se puerilizan"
    Coleguis del alma, compis queridos,¿qué hacéis en el bar tomando alcohol? Venga, venga, ¡todos al recreo!

    Vosotros sí que sois unos monstruos, amiguitos. Y a ti, Alberto, quéquieresquetediga@...

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  3. Mi hijo últimamente tiene miedo a los monstruos nocturnos. Eso de "nocturnos" es una aliteración, ya que ningún niño teme a monstruos diurnos. Sin embargo, a los adultos todos los monstruos que nos aterrorizan se pueden ver a la luz del día.

    Desde pequeños nos presentan a los monstruos como seres tiernos, dóciles y amigables. Cuando crecemos, la sociedad sigue contándonos los mismos cuentos, pero con una trama más sofisticada. El eufemismo es la estrategia de la que se vale todo monstruo para trepar.

    Aún así yo prefiero los cuentos para niños. Cuando creces todos los cuentos de terror son de verdad y no disfrutas con ellos.

    Brindo por las viñetas infantiles y los monstruos de mentira.

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  4. ¡Realmente es tierno!
    Dicen que en el mundo de Morfeo, los monstruos se nos parecen.

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