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Toca madera


Soy un supérstite, o lo que es lo mismo, un superviviente. Hasta ahora he sobrevivido a mis propias supersticiones y, también, como es ilógico, gracias a ellas. Tiento a la suerte y la cito con la insensatez que genera mi irreflexiva irracionalidad. He pasado, por poner un ejemplo, trece veces bajo una escalera, vestido de amarillo, frente a un gato negro un martes y trece y aquí estoy. Si bien, aunque parezca contradictorio, todo tiene una explicación: Toco madera. Y no crean que se trata tan sólo de una cuestión de suerte. Hay una causa genética en el fondo de todo esto y es mi propia naturaleza vegetal. No hay lugar, por incógnito e insospechado que parezca, donde no encuentre mi tabla de salvación (y no es una frase hecha). Viaje por tierra, mar o aire; en actividad o en reposo, trabajando o de vacaciones…, ante cualquier peligro o acechanza, toco madera y salvo el escollo. Creo que voy camino de la inmortalidad.
Pero todo tiene su cara oculta, su riesgo existencial y sus correspondientes miserias personales. Soy un mentiroso compulsivo y la mentira genera en mí una concomitante y perenne excrecencia biológica de una parte de mi cuerpo que no cesa de crecer (valga la redundancia) y que amenaza con desestabilizar mi equilibrio homeostático. Por otro lado, como no paro de tocarme, se están produciendo en mí alteraciones orgánicas que anuncian una segura mutación. Porque, cuando era pequeño me hurgaba continuamente la nariz; mas, cuando entré en la pubertad y crucé la procelosa adolescencia, dejé la nariz y empecé a tocarme otra parte del cuerpo, que es ahora la que crece. Observo asimismo ciertas secreciones de savia (bastante placenteras, por cierto), que nada tienen que ver con la mucosidad nasal. Tendré que hablar con Geppetto un día de estos. O dejo de mentir o me abandono a mi suerte y, en cuanto deje de tocarme, seguro que caigo al fuego.

Quiero ser siempre un supérstite.

Comentarios

  1. Me han comentado que el Hada Azul te hace mentir adrede, y que ella también quiere escapar a la desgracia tocando madera. :)

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  2. Y quién no... El que no sea un mentiroso superviviente de su sombra que tire la primera piedra.

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  3. Se cuenta que Blancanieves le pedía a Pinochito que le mintiera en cierta numérica posición poco apta par niños.

    Serán cuentos.

    Alberto Granados

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  4. El masoquista le pidió al sádico que le atizase bien fuerte. Infructuosamente.

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