Ir al contenido principal

Juegos reunidos



1. EL PEÓN: No me fío del alfil ni del caballo: nunca los ves venir de frente.

2. EL CABALLO: ¡El que se inventó mi movimiento era un hijo de persa!

3. LA SOTA DE BASTOS: Pues no sé por qué la J de piques y las otras tres se dan tanto bombo: son como yo hacen el mismo trabajo, ocupan el mismo lugar jerárquico… Lo único especial es que hicieron un máster en Francia, y eso tiene mucho prestigio…

4. EL BALÓN (hablando de la comba): Ya se sabe lo que quiere decir “cuerda floja”. ¡A saber si con esa cuerda no han ahorcado a nadie de la familia de la nena!

5. UN NAIPE: A mí, los ases me parecen unos pijos. OTRO: ¡Es verdad! En cambio, el comodín, con esa cara de mono que tiene, y qué deseos despierta en todo el mundo…

6. LA CANICA: Yo daría cualquier cosa por salir del hoyo.


7. LA FICHA AZUL: El dado no es de fiar… a ver, con seis caras… Aunque no se puede negar que tiene personalidad: está en todos los saraos.

8. LA FICHA VERDE: Ni que la vida fuera un circo. ¿A quién se le ocurriría esto de las serpientes y las escaleras? Toda la vida de arriba para abajo…

9. LA OCA: No me explico por qué sigo mi relación con el parchís, siempre tan rectilíneo, tan previsible, tan cuadriculado…

10. EL TENTETIESO: No sé, no sé… me parece adivinar en los demás una secreta envidia que no soy capaz de explicarme…

11. EL TRICICLO: Cuando aprenda a montar al nene sin que se me caiga, me quitarán las ruedas pequeñas y pareceré mayor. ¡Tengo unas ganas!

12. EL SEIS DOBLE: No son manías: todos quieren deshacerse de mí o ahorcarme.


Alberto Granados

Comentarios

  1. Qué voz habla en esta dulce parodia? La del jugador retirado, la del jugador en activo, la del niño que no se fue, la del niño ido, la del adulto con nostalgia, la del nostálgico niño, la del mago de las palabras, la del tahúr, la del oficiante del delirio lúdico, la del espectador pasmado, la del rey crónico, la del sutil enmarañador, la del traficante de sueños, la del afectado de todos los vicios posibles, la del que está en deuda con todo lo que nombra? Todos tal vez. Un golpe de efecto en la mesa, que hoy no es barra, amigo Granados.

    ResponderEliminar
  2. Geyper fue el rey de Reyes. Las seductoras cajas de 18, de 25, de 30, de 45...juegos, según pintara la economía de "los de Oriente". Con su rutilante ruleta rodando rauda la bola niquelada, para apostar el inagotable capital de las fichas multicolores. Tú elegiste 12 entre sus elementos, quizá como un cábala apostólica para escenificar La última merienda de una infancia de pan con chocolate. Me como la verde y cuento 20.

    ResponderEliminar
  3. Del 1 al 12: juego contigo, amiguito...
    Muy buen re-cuento breve de la infancia... Me ha gustado especialmente el del Triciclo...

    ¡Salud!

    ResponderEliminar
  4. Para la Jota de bastos: Perdona bonita, pero tu no te puedes comparar a ninguna de las cuatro Jotas de la baraja francesa, y no es por el máster, es que con esas faldas verdes a media rodilla y las medias de algodón rojas estás para que te den con el palo ese que llevas a cuestas. Pero no creas que tus hermanas están mucho mejor que tu, por mucho que ellas lleven espada, copa, o moneda de oro; las medias y la falda le caen igual de mal que a ti.

    ResponderEliminar
  5. Siempre intuí una relación sentimental entre el parchís y la Oca. Se les veía venir. El yin y el yan, razón e instinto. En la Oca todo es azar, la rueda de la vida; por el contrario, el parchís -pese a la indeterminación de los dados- adolece de una lógica estratégica.

    En mi infancia, construíamos unos patinetes con ruedas elaboradas de madera y cojinetes llamados goitiberas (goitiberak, en vasco). Buscábamos las rampas de las calles para deslizarnos, sin casco ni previsiones.

    I like 80s.

    ResponderEliminar
  6. Ahora ya se porque se me resistían los juegos, podía oir sus voces quejándose del trato recibido. Inconformistas vistiendo colores tan vivos!!!Hace falta valor........y del hijo de persa mejor no comentar nada que aún ando riendo a mandíbula batiente como cuando de peque querían hacerme entender que el caballo no era el rey del juego....¡¡¡Qué sabrían ellos si era a mi a quien hablaban!!!

    ResponderEliminar
  7. Jajaja. ¡Me encantó el tentetieso! Acá se llama Tentenpié.
    Con respecto al ajedrez, prefiero ser peón. Discretita, calladita, de a poco ... se convierte en reina.

    ResponderEliminar
  8. Gracias, amigos. La vida es una tómbola, tom-tom-tómbola...

    Anoche llegamos a Granada: se acabó el mar, el chiringuito, las siestas inmensas, la brisa marina, los pasoes nocturnos...

    Ahora, a leer vuestros blogs con la actitud de un "pofesional". Esta tarde mepezaré.

    AG

    ResponderEliminar

Publicar un comentario