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El viajero accidental


En algún lugar de la Sierra de Gredos



Comparto como Paul Bowles la discriminación que hace entre viajeros y turistas, y sé bien que mi condición irredenta es ser -salvo contingencias radicales que me redimieran- uno más de los turistas que pueblan las rutas de agencia. Aún así, y sin tener siquiera la sensación de estar viajando, en ocasiones -escasas e involuntarias- siento que el paisaje que me rodea devora mis sentidos, por un instante soy consciente, sin racionalizarlo, de estar experimentando un acto de belleza; y olvido entonces aquello por lo que estoy allí, mi identidad y sus circunstancias. Todo queda dormido en una epoché sublime, y el tiempo se congela, pese a seguir marcando su órbita infinita. Solo importa el paisaje; me detengo en sus detalles, o más bien son ellos quienes buscan mi mirada. Descubro algo que bajo la rutina diaria siquiera hubiera sido consciente de que existiera. Un niño que pasa, sonriendo sin razón alguna; una bici olvidada bajo una ventana; la pared de una vieja casona, arrugada por la edad y la crueldad de los elementos; la volátil arquitectura de las nubes; la epidermis abstracta de un árbol... Casi siempre son seres y objetos peregrinos, gestos, líneas naturales que dibuja pacientemente el tiempo y que solo allí, en ese preciso momento, aparecen ante mí como milagros prodigiosos. Entonces me siento viajero, pese a no serlo. Quisiera retener el presente, pero no puedo. Tener a mano una cámara, tomar una fotografía del lugar me sirve de placebo, para recordarme que quizá otro día, no muy lejos, no muy tarde, vuelva a regalarme el azar otro hallazgo luminoso.

Algunas veces regreso a esos paisajes a través de mi álbum fotográfico, con la esperanza de encontrar de nuevo en algún espacio del encuadre ese detalle misterioso que en su día me hizo sentir emociones inefables. Pero ya no está. Solo queda la presencia fría de la fotografía y un recuerdo pervertido por la memoria. Quizá por esta razón rara vez reabro el cajón fotográfico o mi fotoblog; prefiero descubrir sin quererlo esa foto de la que ya no recordaba su existencia, o comtemplar fotografías ajenas, en busca de ese punctum azaroso en el que deleitarme y del que no regresar. Soy si acaso ese turista habitual que sueña con ser al menos, si el destino le es propicio, un viajero accidental.


Ramón Besonías Román

Comentarios

  1. sabés, Ramón? no soy una turista de archivos fotográficos ni siquiera en la memoria: he viajado casi nada y siempre por acá nomás. pero en buenos aires, suelo ser una viajera hambrienta de detalles, de momentos instantaneos, de adivinar historias en miradas que cruzo por un instante. buenos aires tiene eso para mí, tan pobre de caminos extraños.

    me has hecho pensar en eso, con tus palabras siempre en alineo impecable.
    mi alma agradecida.

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  2. Ay el punctum, Ramón.
    Viajar es sencillo, pero hay gente que no aprende nunca de tan sencillo que les parece.
    Los que viajamos con la cámara a mano tenemos un problema, dice un amigo mío: no ver las cosas, confiar en verlas después, registradas. Pero yo no soy capaz de moverme sin ella, a mi manera, buscando recuerdos seguros, no los que la memoria deshace.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Si me fuera concedida la prerrogativa de otorgar títulos de turista y/o viajero en sus distintos grados y jerarquías, ten por seguro, Ramón, que, tras leer este lúcido ejercicio de interiorización paisajística, ya te habría ascendido de turista a viajero de primera, cum laude.

    "Él ha visto las hojas otoñales,
    amarillas, rodar, las olorosas
    ramas del eucalipto, los rosales
    que enseñan otra vez sus blancas rosas"

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  5. El turista preocupado por no perder la siguiente excursión, corriendo apresurado tras los autobuses y tratando de sacar fotos para mostrar a los demás lo que se perdieron ... ¡vamos! ... ese no sabe ser viajero.
    El que en su propia ciudad levanta los ojos y se maravilla con un balcón con flores, ese viaja mucho más lejos que cualquiera.

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  6. Santos bebedores: mirad esto. Os gustará, además de contar con el apoyo sonoro de Tom Waits.

    http://www.granadablogs.com/pateandoelmundo/2011/07/mas-nighthawks/

    Saludos,

    Alberto Granados

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