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Lo que no soñé

Nunca venís a visitarme. Como un dios omnipresente estás cada noche en dos o tres lugares, pero no te dignás a aparecer por casa. Pasaste un día, me diste un beso apurado y seguiste a las corridas. Yo no me animé a pedirte que te quedaras. Nunca me animé y las cosas no tienen por qué cambiar ahora.

Tus compañeros de trabajo, mis hermanos, el señor de restaurante, hasta tu vecino; todos me contaron que estuvieron con vos alguna noche. A algunos les hablabas, a otros no. Y yo no puedo verte.

Si te prometo que esta noche voy temprano a la cama sin protestar, ¿vendrías?

No importa si no querés hablarme, pero quiero sentirte cerca aunque sea en sueños.

Te extraño, papá.




Comentarios

  1. Gracias por compartir tus confesiones en la barra.

    Cuidado con lo que sueñas...

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  2. Hermoso, Malena. Tierno y duro.

    Sublime.

    Y vos... ¿venís esta noche?

    Besos pacientes.

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  3. Hay sueños emocionantes. Penélope no dormía; tejía y destejía su madeja de tiempo. Tú duermes y esperas su dulce llegada, demorada hasta ahora, pero esperanzada. El encuentro benéfico, la presencia sin horas, el leve y dulce beso.

    Sigue soñando, Malena.

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  4. Es precioso, Malena. Hay momentos en que solo una fina línea separa lo que soñamos y lo que vivimos. Y así debe ser para sentir siempre esa gran mano paternal entrelazada a una mano de niña.

    Saludos.

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  5. Casi hiere de una forma física esa promesa condicional y esa pregunta: "¿vendrías?". Un texto que emociona de golpe en la frase final, frase que invita a regresar al principio conociendo ya el dato fundamental: la identidad del narrador, un niño como tantos que extraña y se extraña y a quien le bastaría la proximidad, aunque fuera callada, de Él, padre con mayúscula, papá, ese dios que en su ubicuidad olvidó el lugar del hijo. Un saludo.

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  6. A veces se es lo que no se dice. Somos muchas veces lo dicho, sin continuidad, vaciamente. Lo que no se sueña, lo que se anhela, el peso absoluto del deseo hecho sueño vivido, no soñado. La realidad, ay, convenciendo al deseo de que desista. Emoción, Malena. Me acuesto muy feliz esta noche leyendo(te)

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  7. Pienso que vino todas las noches, que te trajo regalos que no viste y que es de ahí salen los sentimientos con los que escribes. No es que no viniera es que no creías que fuera posible. Soñar y creer es tan solo una cuestión de olvidarse del yo y hacerse un tú/él.
    Valiente escrito Malena, valiente.

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  8. me quedé pensando. me sale escribir ABRAZO, nomás.

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