No sabemos bien si se trata de una fotografía de la Consejería de Turismo de Galicia, o un reclamo que ilustra las excelencias del turismo rural. Si no fuera porque conocemos al modelo que la protagoniza, nadie diría que asistimos a la contemplación de una imagen publicada en el diario El País días antes de los comicios del 20-N. Rajoy aparece en pose relajada, manos embutidas en los bolsillos, chaqueta desabotonada, piernas en posición descanso, mirada serena al infinito. En definitiva, ademanes importados para otorgar a la escena sensaciones de seguridad. Hasta hace unas pocas semanas antes de las elecciones generales, Rajoy no se presentaba ante el foro mediático como algo más que un candidato. Las encuestas y el consiguiente apoyo de los medios de comunicación y de los grupos de poder del país izaron al compostelano a la Moncloa, seguros de apostar por el caballo ganador. Ya solo quedaba presentarle ante la ciudadanía como líder competente.
Geppetto crea un muñeco de madera, con la esperanza de que aún día cobre vida; y el Hada Azul le echa un cable, pero no sin antes poner ciertas contingencias al contrato: Pinocho será un niño como otro cualquiera, pero manteniendo su naturaleza de madera. Ningún cuento, por muy optimista que pinte, deja de poseer un tinte de distopía. Pese a que el hechizo transmuta la materia inerte de un muñeco en un niño, el Hada Azul recuerda a Pinocho su anterior condición a través de un singular efecto: cada vez que mienta su nariz crecerá y crecerá sin remedio.
En el cuento original, Pinocho, tras una trepidante odisea iniciática, regresa a casa de su creador. El encuentro con su progenitor desfacerá el hechizo, convirtiendo al niño de madera en un ser humano de carne y hueso. En la realidad, en el día a día de andar por casa, estos finales devienen en utopías complacientes, en placebo para incautos. Los Pinochos terrenales nunca regresan a casa (la erótica del poder los retiene en el sillón presidencial), no los crea un carpintero entrañable (para esa empresa ya tienen a la industria del merchandising político) y mucho menos dejan de tener la prodigiosa facultad de desplegar su cavidad nasal hacia el éter infinito.
Firmado: Pepito Grillo.
Desaparecida Caperucita Roja (ya advertíamos que el lobo no perdona), habrá que movilizar a los siete enanitos , para que, bajo la supervisión del leñador, empiecen a talar los árboles necesarios , a fin de abastecer de madera al crecimiento de narices que se nos viene encima. Pinocho Entertainment Merchandising es la nueva franquicia.
ResponderEliminarSalud, Ramón "Grillo"
Yo siempre sospecho de un hombre que tiene las manos en el bolsillo. Puede ser por miedo a que le roben lo que robó, que esté acomodándose el "muñeco" mientras piensa cómo se va a follar al electorado o simplemente porque cree que ya no necesita hacer más nada, el público ya compró el mensaje.
ResponderEliminarPero todos los Pinochos del mundo deberían recordar bien una cosa: la madera es muy combustible...
a lo mejor hay suerte y nos va mejor.
ResponderEliminarun saludo
yo
Y rara vez escuchan la voz de su conciencia, Pepito Grillo. Mucho me temo que vas a tener mucho trabajo y pocos frutos.
ResponderEliminarPues, yooo creooo que este hombre de la barbaaa gallegaaa tieneee más caraaa de leñadoooor conooocedor del booosqueee que oootra cosaaa y que tendráaa que talaaar todos los áaarboles mal podadooos y espantaaar al looobooo y salvaaar a la incauuutaaa Capeeerucita, o seaaaseee Españaaaa, que cayoooó en las manooos del verdadeeero Pinochooo... No os confundáaais ni os engaaañéeeis, yo séee mejooor que naaadie hasta dooonde ha sidoooo capaz de llegaaar mi hijoooo Joséeee Luisss, que se fugoooo con unooss titiriteeeeros de cuidadoooo... Sientooo habeeeer creadooo un muñecooo asíii con tantaaaas ideaaaas y sin cabeeeeza y esperoooo y rezooo porque el gallegoooo sea capaaaaz de deshaceeeer los entueeeertos de mi hijooo el narigoooon y su compaaaaarsa... Y yo no engaaaaño, que sooooy ya muyyyy viejoooo y séeee lo que os digooo... No os confundáaais y teneeed confiaaaanza en el futuuuro de este booosqueee...
ResponderEliminarSaluuud tengaaaais, camaaaaaradas:
Firmado: GEPETO,
Carpinteeeero jubilaaaado y congelaaaadoooo ¡Brrrr!